La receta de las gambas al ajillo es una tapa clásica, que nunca falla, siempre hay algún día en el que están de entrante, como aperitivo, y que buenas están.
Pero antes quería felicitaros el año, si , ya lo se, voy con un poco de retraso, pero mas vale tarde que nunca o eso dicen jejje.
Hemos estado 3 semanas de vacaciones en España con el peque y podéis imaginaros la locura, me había propuesto escribir un post, para felicitaros la Navidad y el año nuevo, pero entre unas cosas y otras, no hemos parado, disfrutar en diciembre de mas de 20º C con el sol y el peque ha sido una maravilla, y eso que este año aquí no esta haciendo prácticamente frío. Así que ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!. Este año los reyes se han portado muy bien, y me da que 2015 será un año muy bueno, y con muchas sorpresas.
Ahora ya vamos con la receta que si me lío a contaros las navidades, necesitamos 4 o 5 post jeje, las gambas al ajillo me encantan como aperitivo con una cervecita fresquita o con una copa de manzanilla o fino.
Ingredientes para 2 personas
- 12 gambas frescas peladas.
- 3 dientes de ajo pelados.
- 2 guindillas pequeñas.
- Perejil.
- Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración
- Pelamos y laminamos los ajos.
- Ponemos una sartén a fuego medio, y añadimos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, a mi me gusta poner suficiente para poder mojar luego un poquito de pan 😉 agregamos los ajos laminados y las guindillas al aceite, y dejamos que se sofrían a fuego medio, sin dejar que se doren los ajos en exceso.
- Una vez sofritos los ajos y las guindillas, lo retiramos y reservamos en un plato, hacemos este paso, para evitar que los ajos se sofrían en exceso y dejen un sabor amargo en las gambas, al hacerlo así, además, todo el sabor del ajo queda en el aceite donde sofreiremos las gamas y su sabor es mas intenso.
- Una vez quitamos los ajos, subimos un poco el fuego, y sofreímos las gambas, en cuanto cojan color las tendremos listas, si hacemos mucho las gambas, se quedarán duras y perderán textura.
- Una vez listas, les añadimos los ajos y las guindillas que habíamos reservado, y terminamos con un poco de perejil.
- Recordad que hay que tomarlas recién hechas y calentitas.
¡Ahora a disfrutarlas!