El comienzo de Bodegas Sebirán data de 1964, cuando Fernando Ribes López comenzó a cultivar sus primeros viñedos, implantando las líneas de lo que es hoy Bodegas Sebirán: tradición familiar y artesana como filosofía, únicas razones de su forma de entender el mundo del vino. En 1994 Fernando Ribes López junto con sus hijos y tres amigos muy allegados a la familia, deciden comprar la que es hoy la sede de Bodegas Sebirán: una bodega de estilo modernista fundada en 1914 por la familia Oria de Rueda, situada en la pedanía requenense de Campo Arcís.
De las más de 150 has. que poseen actualmente repartidas por el término municipal de Requena, se seleccionan los mejores frutos y los más adecuados a cada uno de los vinos y cavas que elaboran. La producción se ha limitado a 500.000 litros para poder llevar a cabo un proceso totalmente artesanal, en el que se conjuga lo mejor de las tecnologías sin olvidar la herencia de sus antepasados.
En el silencio y la penumbra de sus cavas subterráneas envejecen los vinos en 500 barricas de roble francés y americano, hasta convertirse en vinos madurados en barrica: crianzas, reservas, gran reserva y vendimia seleccionada, que forman parte de una especial y limitada producción. El futuro de sus vinos es una de las mayores preocupaciones de Bodegas Sebirán, por lo que han implantado mejoras en el campo, como nuevas variedades que den nuevos matices a los vinos, podas adecuadas a la variedad, etc. y en la bodega, elaboraciones novedosas. Desde cocina con poco hemos podido catar sus vinos.
Crianza. Rojo cereza madura, de aroma intenso y elegante, con notas de frutas rojas muy maduras y regaliz sobre fondo tostado. Potente con presencia de tanino noble de final largo y seductor. Maridaje: Especialmente recomendado con carnes rojas, parrilladas y embutidos.
Reserva. Rojo teja. Rico en matices aromáticos especiados, balsámicos, de fruta muy madura, y regaliz. Con cuerpo amplio de taninos nobles y dulces.
Maridaje: Platos de caza, asados, magret de pato, embutidos y quesos fuertes.
Gran reserva. Color oscuro intenso. Aromas complejos a frutos negros, mezclado con cacao, chocolate y tabaco de pipa. Carácter mineral, y especiado. Maderas finas. Equilibrado y armonioso. Amplio y con potencia de taninos pulidos, perfectamente integrados. Sensación carnosa y con distinción. Ideal para acompañar platos de caza, guisos de carne, magret de pato, embutidos y quesos curados.
Monovarietal tempranillo. Color picota violáceo cubierto. En nariz tiene buena intensidad, con mucha fruta, fresca y madura. Recuerdo a frutillas negros del bosque y toques de regaliz. Suaves notas de yogur de moras. Taninos dulces y elegantes. En boca es fresco, suave, atractivo, con buena acidez y recorrido medio. Permite una gran combinación gastronómica. Desde pescados azules a todo tipos de platos de carnes (aves, embutidos), pasando por la paella, la fideuá y la pasta.
Monovarieltal bobal. De color rojo rubí, con aromas intensos de frutas maduras, en boca es amplio, goloso y cálido, con taninos dulces, muy agradables y equilibrados de buen posgusto. Arroces y en especial con paella valenciana, guisos de aves, carnes de cordero y cerdo, con guisos de legumbres, empanadas y pastas, con guisos de patata y tortilla española, pescados azules.
Además de los generosos caldos que elaboran con las variedades autóctonas cabe destacar sus cavas. De los cavas voy a empezar a hablaros de mi favorito, el brut nature.
Brut nature. De color amarillo pálido con reflejos verdosos, limpio y brillante. De burbuja fina y con rosario continuo y corona persistente acentuada. En nariz: muy complejo. Aromas finos de buena evolución, frutas blancas, manzana, tropicales, piña, algo de cítricos, pomelo, ligeras notas florales y elegantes aromas de brioche y frutos secos. Registros muy cambiantes dependiendo del tiempo en la copa. En boca: se muestra sutil, complejo y con buenas notas de crianza sobre lías. Es amplio, equilibrado, cremoso, con el carbónico muy bien integrado y con un toque balsámico a hinojo y eucalipto. Post gusto: largo, nuevamente aparecen las notas a frutos secos, avellana y pan tostado con ligeros tonos anisados. Final equilibrado, de post gusto largo y persistente. Paladar agradablemente seco.
Brut especial. Con una crianza mínima de 18 meses en la botella hasta la expedición. Burbuja fina y persistente con bueno evolución y con formación de rosarios. Aromáticamente, se muestra muy expresivo, con mezcla de notas frescas y ligero toque de crianza, limpio y afrutado, con recuerdos de manzana verde y notas de caramelo sobre un fondo de yerbas frescas con toques balsámicos. En boca sobresale un carbónico bien integrado, con cierta cremosidad.
Brut. Color amarillo pajizo, claro y con tonos vivos. Aroma limpio y franco. Notas aromáticas típicas aportadas por la Macabeo y otras variedades, que le dan unas características inconfundibles y con personalidad. Buen desprendimiento de carbónico. Bien equilibrado en boca, seco, ligero y fresco, con final largo y persistente. Combina con toda clase de platos. Aperitivos, entrantes, paellas y embutidos, platos acompañados con salsa de media.
Una bodega que vive por y para el vino, donde la calidad y el buen hacer consiguen que sean un punto de referencia en la DO Utiel Requena.